Hace frío, sí. ¿Y qué? Hay muchas maneras de aprovechar los aletazos del invierno y sacarle partido al viento, a la nieve y a lo que el tiempo nos ponga por delante. Por eso hoy os traemos 10 destinos para disfrutar del frío. No importan los termómetros ni la gruesa capa de nieve ni tener que salir a la calle con más capas que una cebolla. Hay rincones del mundo que son más bellos todavía cuando el clima invernal se aferra con fuerza.
Se puede viajar al frío, a lo más crudo del invierno, y sentir un calor que ni a cuarenta grados. ¿Queréis conocer algunos lugares en los que cuanto más frío, más bellos? Tomad abrigos y bufandas, que allá vamos…
Expedición a la Antártida
En la Antártida siempre es invierno, pero es durante los meses de diciembre, enero y febrero (en el invierno europeo), cuando las condiciones climatológicas permiten acercarse a los visitantes venidos a través del mar (hay barcos que salen desde Ushuaia, en Argentina, por ejemplo) o del aire (desde Punta Arenas, Chile) si quisiéramos hacerlo desde el Cono Sur. No cabe duda que son precios poco o nada asequibles, pero es un sueño que muchos viajeros tenemos en mente poder cumplir algún día.
No se me ocurre mejor lugar que la Antártida para disfrutar del frío que colorea glaciares, sacude a los pingüinos y nos muestran un continente helado que sólo conocemos a través de vídeos y fotografías.
En Laponia hace frío… pero yo me río
Al otro lado del círculo polar tres países como Noruega, Suecia o Finlandia ofrecen un invierno de película. Cielos nocturnos con probables llamadas a tu ventana por parte de las mágicas auroras boreales, la posibilidad de surcar la nieve en trineo de perros y en velocísimas motonieves o, en el caso de Finlandia, hacerle una visita a Papá Noel antes de que llegue la próxima Navidad. Son tres países con su Laponia particular por lo que no se me ocurre mejor manera de disfrutar el frío que conociendo sus tres lados.
Los glaciares argentinos
El invierno europeo nos acerca al calor de Argentina, aunque en Patagonia junto a los glaciares, el hielo sólo se derrite para crujir a tu lado. Es lo que sucede en el mítico Glaciar Perito Moreno y otros que se visitan desde El Calafate como Upsala o Spegazzini. Se pueden apreciar en barco, desde pasarelas o, aún mejor, caminando por ellos con crampones en mitad de la helada. El invierno patagónico es demasiado duro, por lo que la tregua del verano en Sudamérica puede permitirnos disfrutar mucho más de un frío que resulta hermoso.
Nueva York en Navidad… o fin de año
Hay ciudades a las que el invierno le sienta bien por muchos motivos. Indiscutiblemente Nueva York es una de ellas, sobre todo cuando las fiestas navideñas están en cada calle y cada rincón. Quizás porque nos lleva a los cuentos de Navidad que tantas veces hemos visto en el cine o la televisión, porque la nieve le hace justicia y su candor lo vemos en tiendas de regalos, restaurantes o lugares con vistas imposibles como las del Empire State Building o el Rockefeller Center.
Por algo este año queremos que os vengáis con nosotros a disfrutar una Nochevieja increíble en Nueva York en compañía de Paco Nadal.
Zermatt, la perla suiza
La montaña más retratada de toda Suiza es probablemente el Cervino (Matterhorn), en el cantón meridional de Valais, con su pico eternamente nevado buscando los cielos azules que hacen del invierno algo adorable. Con una de las estaciones de deportes invernales mejor dotadas del país y un pueblo de cuento de hadas, es un lugar en el que el frío no sólo se disfruta sino que se pide. Un poco de chimenea después de una mañana de esquí con el mítico Matterhorn de fondo pueden convertir el invierno en lo mejor del año.
Hallstatt (Austria)
Esa Austria íntima y lejana a Viena o Salzburgo la encontramos en el encantador pueblo de Hallstat, que refleja sus maravillas en el Hallstättersee, el lago que lo bordea. Probablemente sea el pueblecito más hermoso del mundo para disfrutar de un invierno en el que lo menos será los grados que marque el termómetro. Si los cuentos de hadas (o de Navidad) existen, que nadie dude que se encuentran en este bello escenario de Hallstatt.
Islandia
Viajar a Islandia en invierno tiene premio puesto que en pocos lugares del mundo son más fáciles de ver las auroras boreales. Ese país en la que la tierra vive, con volcanes ardientes y cascadas que se hielan durante meses, podemos disfrutar de las noches más largas de nuestras vidas sabiendo que justo encima de nosotros están jugando las luces del norte.
Alaska en el tren del invierno
De Anchorage a Fairbanks se puede viajar en el Alaska Winter Snow Train, más conocido como el tren de las Auroras, en busca de las luces del norte (se ven una media de 200 veces al año), la nieve por encima de las rodillas, los trineos de perros y las motos con las que recorrer unos paisajes que dejan con la boca abierta.
Parque Nacional Banff de Canadá
En el corazón de las Montañas rocosas canadienses el invierno se siente caminando con raquetas por la nieve u observando como la naturaleza no se detiene bajo la rugosa silueta de los campos de hielo de este rincón nombrado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. En Alberta el invierno es un apéndice del cual sus habitantes se sientes orgullosos. Sin duda poseen uno de los mejores escenarios para disfrutar del frío.
Harbin (China)
China también es rozada por la ráfaga gélida de Siberia. Una de las ciudades del norte más importantes, con clara influencia rusa, es Harbin, cuyo termómetro se rompe los inviernos hasta llegar a superar en ocasiones los cuarenta grados bajo cero. Pero a Harbin el invierno es su mejor estado de ánimo, puesto que aprovecha a celebrar uno de los festivales más sorprendentes y fotogénicos del mundo: el Festival de esculturas de hielo y nieve. Con bloques de hielo tallados en el río Shongua logran recrear una ciudad fantástica con edificios y personajes que parece mentira que se hallan podido modelar con semejante maestría.
